jueves, 11 de febrero de 2010

Siempre he pensado que diambula como un pobre hombre nocturno, solo, intentando colarse de manera acostumbrada en algún capricho humano. Camina, corre, ríe, sufre y aún así no aprende que no se debe andar abriendo el corazón a todos, con aparente compañía va solo, más retraído que siempre, él es una utopía humana y no intenta negarse la verdad, es un fracaso, es efímero, repentino, pasajero tanto así que pierde poco a poco el entusiasmo de amar, costumbre él es ya, necesidad, ha desaparecido si es que algún día fue, es dependencia de muchos, aliento de pocos, sueño de todos.