lunes, 21 de septiembre de 2009

Crónica del maestro

“La maestra”

Que el título tenga comillas no quiere decir nada, la predisposición no es muy buena que digamos y lo aclaro porque es posible que estén pensando que voy a hablar de una profesora que no hace bien su labor, pero en fin, sin tantas vueltas ella era una joven mujer que estaba rodeada de no sé cuantos seres iguales o parecidos a mí, cuando le hablé por primera vez fue muy cálida, nunca pensé que fuera a parecerse tanto a mamá. Quizás en ese momento no pensé esto, pero ahora que lo recuerdo parece que sí lo sentí. Desde ese día hasta hoy tengo buenos recuerdos de ella. Ayer que pasé por aquel lugar que recordaba como un lugar grande grande resultó ser el salón comunal del barrio la Cumbre. Pues allí en esos salones que con mucho sacrificio y mil ruegos la profesora María Teresa logró conseguir para los niños del barrio fue el lugar o el hogar donde muchos aprendimos el valor del respeto, donde empezamos a darle existencia al otro y donde por primera vez a muchos nos enseñaron a soñar. Es curioso y se siente raro pasar por los recuerdos, sentir el pasado, sentirse de nuevo infante es algo indescriptible, recordarse come era también. Y allí en el que no fue y ahora es salón comunal aún está la profesora María Teresa, quien cada día intentaba cambiar la rutina y que quería que sus hijas aprendieran a hacer lo mismo que ella, tanto, que a veces dejaba a Luisa y a la otra de la que no recuero el nombre cuidándonos mientras ella iba a un cuarto lleno de papeles, ah porque aparte de ser profesora ella era como la presidenta del sector, la secretaria, a veces hacía el papel de cura y se sentaba a repetir unas palabras que al final se cerraban con la señal de la cruz. Ella también era la profesora de todas las materias, todo el día la pasábamos con ella de arriba abajo y de abajo arriba incluso era nuestra profesora de educación física ahh y diseñadora. Ayer, cuando estaba frente al salón me preguntaba a qué hora ella hacía tantas cosas con todos nosotros encima, 30 niños de 5 años, pero no sé si lo que vayan a leer les parezca extraño y aunque ella no fuera la mejor profesora, esa señora era la sensación en su tiempo y creo hoy día lo sigue siendo, porque las condiciones del barrio y la colaboración de la gente no es que ayude de a mucho. Tengo vagos recuerdos de las clases, si se puede decir que a esa edad dejamos hacer clase. Creo que las cosas no han cambiado mucho, al igual que hace 18 años la profesora sigue haciendo mil cosas, esto hace que al igual que en mi tiempo los infantes estén en otras actividades que controlan su hiperactividad y no en actividades que fortalezcan su aprendizaje. María Teresa aún busca reemplazos que no están convencidos de esto y sigue peleando por mantener su jardín.

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